Antaño había treguas en las guerras en estos días de Navidad. Era un reconocimiento, en primer lugar, a los días santos en los que se conmemora el nacimiento del que ha venido a traer la paz. Y en segundo lugar, una forma de reconocer que las guerras no son buenas para nadie, pero especialmente para los soldados que luchan en en los frentes y para los civiles, víctimas colaterales de cualqueir conflicto. En ese sentido es memorable el gesto de soldados enfrentados en las trincheras durante la I Guerra Mundial, que en la noche de Navidad, hicieron una tregua por su cuenta y cantaron juntos “Noche de Paz”.
Hoy en día, la Navidad ya no mueve corazones en ese sentido. Ni siquiera dos países de tradición tan cristiana como Rusia y Ucrania son capaces de ponerse de acuerdo en estos días. “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” claman los ángeles ante el nacimiento de Jesús. Y qué decir de lo que pasa en la torturada tierra de Israel. Venganza y muerte son las palabras que más se oyen en boca de quienes pueden parar la guerra. La buena voluntad también la deseamos a nuestros dirigente políticos empeñados en enfrentarnos y en crear conflctos donde no los hay. Los verbos escuchar, aceptar, exponer argumentos han sido sustituidos por insultar, falsear y dar titulares. El nacimiento de la portada está confeccionado por una persona de la Cofradía que ha tenido el detalle de regalar uno para cada parroquia. Un pequeño gesto de buena voluntad que tiene ecos de fraternidad.

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