VENTANA DE CINE

 

BELFAST

2021, DRAMA, GB, 96 minutos
D/        KENNETH BRANAGH
INT/    JUDE HILL (Budy), CAITRIONA BALFE (Madre), JAMIE DORNAN (Padre), JUDI DENCH (Abuela), CIARÁN HINDS (Abuelo)
Guion: Kenneth Branagh. Producción: Kenneth Branagh.  Música: Van Morrion Fotografía: Haris Zambarloukos

CALIFICACIÓN: 9, magistral
VALORES: familia, ingenuidad, cariño, abuelos, infancia

ARGUMENTO

En los años sesenta, Budy es un niño de ocho años que vive en Belfast. Su padre trabaja en Londres y viene a ver a su familia cada dos semanas. Además de su madre, son muy importantes en su educación sus abuelos y el barrio en el que vive donde todo el mundo le conoce y en el que conviven sin problemas católicos y protestantes. Budy está enamorado de una niña católica de su colegio, aunque él es protestante.        

  

COMENTARIO

La película evoca los recuerdos de infancia del director y guionista. Una infancia que se desarrolla en los años sesenta en la capital de Irlanda del Norte, Belfast, antes de que los problemas que dividían el país se convirtieran en justificación de terribles actos de terrorismo. Así pues, asistimos a los orígenes del conflicto desde la mirada de un niño que, primero, no lo entiende, después le parece una especie de juego emocionante y finalmente se dará cuenta de que no sólo es peligroso sino que destruirá su mundo. Católicos y protestantes habían vivido siendo vecinos y sin grandes problemas. Los niños juegan juntos y comparten pupitres en la escuela. El problema no es la religión, sino el fanatismo. 
Con cariño, Kenneth Brannagh, va describiendo el día a día de ese niño llamado Budy. Es un niño popular porque es espontáneo y alegre. Como su padre está ausente porque trabaja en Londres, el niño espera cada regreso con expectación. La madre es entrañable y protectora y tiene que hacer todo el trabajo en la educación de los dos hijos. Budy los tiene idealizados, como es normal en un niño. Y es que el mundo de Budy recuerda al de cualquier niño de la época: están presentes los juegos colectivos en la calle, la relación cordial con todos los vecinos, la despreocupación, los primeros amores escolares, el ir al cine y, sobre todo, la cercanía serena de los abuelos. No elude, sin embargo, algunos de los problemas como el generado por el trabajo lejano de su padre y la soledad de su madre que genera tensiones en la pareja o la enfermedad del abuelo, antiguo minero en Gales.
Sin embargo, en ese mundo paradisiaco irrumpe sin previo aviso la violencia. Como pasa siempre un pequeño grupo intransigente envenena el ambiente. Matones de barrio que se ganan el respeto de la gente a través del miedo. Es entonces cuando emerge la figura de unos padres de firmes convicciones. Para mostrar cómo los idealiza el niño, son mostrados en determinados momentos en contrapicado. E igualmente los abuelos, geniales en sus diálogos con el  niño, que siempre tienen el sabio consejo que ilumina la vida del niño. 
Una de las virtudes de la película es que nunca pierde la mirada del niño. En un momento tan dramático como el asalto a un supermercado católico, Budy participa arrastrado por una prima mayor. Y cuando lo saquean, la prima le dice a Budy que coja lo que quiera y él piensa qué necesita y solo se le ocurre una caja de detergente en polvo, que lleva muy ufano a su casa donde su madre lo lleva a devolverlo.
Muy bien interpretada, la película se mete en las entrañas, te emociona y te divierte.

 

            Jesús Fco. Riaza