VENTANA DE CINE

 

LA BODA DE ROSA

2020, MELODRAMA, ESPAÑA, 109 minutos

Director: ICIAR BOLLAIN
INT/     CANDELA PEÑA(Rosa), SERGI LÓPEZ (El hermano), NATHALIE POZA (La hermana), RAMÓN BAREA (El padre), PAULA USERO (La hija)
Guion: Iciar Bollain y Alicia Luna. Música: Vanessa Garde. Fotografía: Sergi Gallardo. Producción: Nuria Badenes

CALIFICACIÓN: 7, interesante
VALORES: generosidad, familia, cariño

ARGUMENTO

Rosa, una cuarentona que trabaja haciendo el vestuario para rodajes en Valencia, está cansada y estresada, entre otras cosas, porque está continuamente al servicio de todos los que la rodean. A la única que no puede ayudar es a su hija, que tiene mellizos y vive en Manchester. Cuando su padre decide instalarse en su casa, Rosa decide dejarlo todo y marcharse a su pueblo, Benicassin, donde piensa abrir el taller de costura que tenía su madre. Como gesto de su nueva vida, decide firmar un documento de compromiso consigo misma que anuncia como si fuese una boda. La cosa se complica cuando su hermano decide organizarle la boda e invita todo el pueblo, su padre avisa a la familia de Navarra y su hija se presenta sin avisar

 

COMENTARIO

Todas las películas de Iciar Bollain tienen interés. Serán mejores o peores pero siempre tienen su punto de interés y esta no iba a ser menos.
Tal y como ha sido anunciada y la noticia de la que parte, da la impresión de que sería  una exaltación del esnobismo egoísta que tanto se lleva en una época individualista y narcisista como la nuestra. Pero, y esa es una de las virtudes de la película, el guion nos hace comprensible en primer lugar que Rosa es todo lo contrario a una mujer egoísta o narcisista y que su decisión es la respuesta a la necesidad de reafirmarse como persona. Porque todo el mundo da por supuesto que puede acudir a ella para lo que haga falta: el vecino para que riegue las plantas, la amiga para que se haga cargo de su gato, su hermano para que se ocupe de sus hijos y su hermana para que se ocupe de su padre. Incluso su jefa abusa de Rosa, haciéndola trabajar sin horas ni días, para colgarse luego los méritos. Con su hija, a quien le gustaría ayudar, mantiene una relación lejana y plagada de equívocos. El caso es que, de pronto, se da cuenta de que la vida se le está pasando sin estar viviéndola auténticamente. Nadie le deja hablar, ni expresar sus gustos, ni respirar. Así que, como dice su amiga, ha decidido apretar el botón nuclear para comenzar de nuevo.
La película se mueve entre el drama y la comedia. Como la vida misma, nunca llega a estar en un lado o en el otro. Pero resulta irregular. El aire fallero de algunos momentos no funciona porque la directora no encuentra el punto y da la impresión, sobre todo en el último tramo, de una película artificiosa y poco creíble, además del tono moralizante del momento final. Le habría hecho falta el genio de Berlanga para darle la ironía requerida.
Para hacer creíble la historia está Candela Peña, que está fantástica, y, en un papel secundario, con la estupenda Nathalie Poza, que se come la pantalla en cuanto aparece.

            Jesús Fco. Riaza