VENTANA DE CINE

 

LAS UVAS DE LA IRA

1940, DRAMA, USA, 129 minutos

Director: JOHN FORD            
Interpretes: HENRY FONDA (Tom Joad), JANE DARWELL (Madre Joad), JOHN CARRADINE (Casey), DORRIS BOWDON (Rosasharn), RUSSELL SIMPSON (Padre Joad) Guion: Nunnally Johnson según la novela de Steimbeck. Música: Alfred Newman. Fotografía: Greg Toland. Producción: Darryl F. Zanuck

CALIFICACIÓN: 9, crónica social
TEMAS: crisis económica, explotación, miseria, familia, solidaridad, sacrificio

ARGUMENTO

Tras la crisis del 29, muchas familias del Medio Oeste americano se vieron en la ruina y buscaron fortuna en California. Una de ellas es la de Tom Joad, un hombre que sale de prisión tras cumplir cinco años por homicidio. Llega a su casa cuando ya tienen todo recogido para iniciar la aventura de marcharse viajar a California en un viejo camión que han comprado con sus pocos ahorros. El viaje no será fácil, pero el destino tampoco es el paraíso que esperaban.  

 

COMENTARIO

En TCM, el canal de cine clásico de Movistar, se puede ver esta magnífica película de John Ford que adapta la novela de John Steinbeck. Es la crónica de una familia y de una toma de conciencia social. El personaje de Henry Fonda, se convierte al fin en un activista en defensa de los trabajadores y de los indefensos gracias a la influencia que tiene sobre él un predicador que ha perdido la fe.
Además es la crónica de un grupo de desheredados, del pueblo, como dice la madre en el soliloquio final. Una defensa de la gente humilde, de su dignidad y de su capacidad de sacrificio y de lucha, de los vínculos indisolubles que unen a la familia y de la grandeza del pueblo. Frente a ellos se alzan los especuladores, los capitalistas y los explotares. En cierto sentido, la película es una sutil denuncia de esa enquistada xenofobia que desconfía del extranjero y del que es diferente, sobre todo si son pobres. Ese viejo camión que, desde Oklahoma, lleva a la familia a California no es muy diferente de los carromatos de los colonos de cincuenta años antes conquistaron el Oeste y sus dificultades, aunque ya no haya indios, no son menores porque la violencia sigue enquistada en el corazón humano.
En esa crónica de la pobreza causada por  la depresión del 29,  a la que están equiparando con la que se avecina ahora, la secuencia en la que llegan al campamento y los niños hacen corro para ver cómo hacen la comida esperando recibir algo, es terrible. Es un momento de un dramatismo desasosegador. Y la película está filmada sólo diez años después de esos sucesos, de esa hambruna y de esa pobreza.
¿Cómo alguien puede decir que Ford es un conservador? Esta es una película revolucionaria en muchos más sentidos que los ridículos tostones de los que quieren hacer un cine militante. Lo que pasa es que una de las constantes de sus películas es la defensa de la familia y de las relaciones humanas. Frente a las  ideas, siempre prevalece la familia.
El único problema que tiene es que le falta emoción y le sobran algunos minutos

            Jesús Fco. Riaza