VENTANA DE CINE

 

 

LOS ARCHIVOS DEL PENTÁGONO

2017, BIOPIC, USA, 115 minutos

DIRECTOR:       STEVEN SPIELEBERG
INTERPRETES:   TOM HANKS (Ben Bradley), MERYL STREEP (Kay Graham), SARAH PAULSON (Tony Bradley), BRUCE GREENWOOD (Peter McNamara), BOB ODENKIRK (Ben Bagdikian)  

Guion: Liz Hannah y Josh Singer. Música: John Williams. Fotografía: Janusz Kamisnski. Producción: Steven Spielberg…  

CALIFICACIÓN: 10, fascinante
TEMAS: periódico, verdad, política, conciencia

ARGUMENTO

Tras una experiencia de combate en Vietnam, un analista de la CIA que trabaja para Robert McNamara, secretario de Estado con Kennedy y Johnson, hace un informe en el que comunica que la guerra es inútil y que Estados Unidos no la puede ganar. A pesar de estar de acuerdo, McNamara, ya con Johnson en la presidencia, hace una declaración triunfalista afirmando que la guerra es necesaria, que luchan por los intereses de Estados Unidos y que el triunfo será inminente. Antes de despedirse de su cargo, el analista se lleva una fotocopia del informe y de todos los que han seguido informando en el mismo sentido sin que la administración haya hecho caso. Años después, en 1971, el New York Times publica un anticipo de esos archivos. Pero la administración Nixon apela a la justicia que lo prohíbe porque puede perjudicar el interés nacional. Cuando el Washington Post recibe otra remesa de los mismos, Kay Graham, la propietaria, y Ben Bradley, el director, tendrán que decidir si arriesgarse a publicarlos.    

COMENTARIO

Cada estreno de Spielberg, como de Clint Eastwood y, en cierta forma, Martin Scorsese y Christopher Nolan, son un acontecimiento que no se valora lo suficiente. Los tres primeros porque cada película es una clase magistral de cine clásico, narrado con eficacia y sin alardes. El cuarto precisamente por lo contrario, porque es cine bien narrado pero siempre con alguna aportación novedosa en un cine hecho con pulso firme.
Aquí estamos ante una nueva demostración del magisterio de Spielberg. Apenas tiene nominaciones a los Óscar pero esta película está por encima de cualquiera de las estrenadas este año. Cuando Spielberg se pone serio, le gusta el tema y tiene un buen guion, su cine es tan sencillo que nadie puede igualarle en la transparencia.
La película, que en el original se titula “Post” - denominación popular del “Washington Post”-, nos adentra en el mundo del periodismo, en los dilemas morales y los riesgos que conlleva la publicación de una noticia, en la pasión por una profesión imprescindible para desvelar la verdad frente a los poderes e intereses que la tratan de ocultar.
Nos lleva hasta los años 70. Está claro que eran otros tiempos como lo demuestra la primera reunión del consejo de administración del periódico que se plantea hacer una ampliación de capital y, para calcular a cuánto se ha de valorar la acción, se cuantifica a cuántos periodistas más se podrán contratar. Ese consejo entiende que el prestigio del periódico lo da el tener periodistas formados, serios y rigurosos. En aquél tiempo, nos cuenta Spielberg, aunque no terminamos de creérnoslo, el Post era un periódico provinciano, sin demasiado prestigio. Pero tenía un director ambicioso que ansiaba colocarlo entre la prensa de referencia de Estados Unidos y una propietaria, que lo había heredado de su marido a pesar de ser de su familia, que tenía en alta estima el código moral que ha regir la vida de cualquier propietario de un medio de comunicación: dar testimonio de la verdad denunciando los amaños y corruptelas de los que se valen los poderosos. Aquí el poderoso al que tendrá que enfrentarse el periódico es, ni más ni menos, que el presidente Nixon, el más tramposo y mentiroso de los presidentes norteamericanos hasta la llega de Trump. 
Aunque el peso de la película lo lleva el director, interpretado con su habitual solvencia por Tom Hanks, es el personaje de la propietaria, Kate Graham, el que emerge de una forma arrolladora. Es ella la que ha de afrontar los dilemas morales y es sobre sus hombros sobre los que recae la toma de decisiones. Meryl Streep nos brinda otra de esas interpretaciones a las que nos tiene acostumbrados. Pero lo que más me asombra es la solidez de los actores secundarios. Todos ajustados a sus personajes.
Lejos de las espectaculares fanfarrias de la Guerra de las Galaxias, John Williams nos ofrece una banda sonora en ese otro registro en el que es maestro: la creación de ambientes.
Magnífica película a la que cualquier espectador le puede descubrir facetas nuevas. 

 

            Jesús Riaza